En el último BOE de 2017 se publicaron hasta siete reales decretos con medidas fiscales que sumaban más de 1.000 páginas con cambios tributarios. Para los que nos dedicamos a esto, eran nuestros particulares deberes fiscales para las fiestas navideñas. Resultaba bastante normal que ante el batiburrillo de normas a aprobar justo antes de final de año, alguna pincelada fiscal se “pasara por alto” por Hacienda.
El caso es que se ha “olvidado” prorrogar para este año el impuesto sobre el patrimonio. Aun así, no seamos optimistas ni aquellos contribuyentes por dicho tributo (no muchos) salgan a la calle a celebrarlo, por cuanto si bien el impuesto ha “desaparecido” virtualmente (eso dice la legislación vigente), hay margen para recuperarlo ya que Hacienda puede rectificar.
Recordamos la vida convulsa de este tributo directo: el impuesto sobre el patrimonio se suprimió en 2008 por el PSOE alegándose que solo lo pagaban las clases medias, Posteriormente, se recuperó por el PP de forma temporal en 2011 y 2012 por la gravedad de la crisis. Desde entonces, cada año, el Gobierno en el poder tiene que decidir si lo renueva en los Presupuestos Generales correspondientes y, si no se aprobaban las cuentas, a través de un real decreto en diciembre. Así se hizo, por ejemplo, para el ejercicio 2017.
Sin embargo, para 2018, nada de esto ha sucedido y el año ha empezado sin que se haya prorrogado el tributo. Hoy, la ley dice que desde el 1 de enero de 2018 el impuesto sobre el patrimonio está bonificado al 100% en toda España y nadie debe pagarlo (en Madrid no se paga desde hace años).
Lo cierto es que llama mucho la atención la inseguridad jurídica e incertidumbre vigente, las cuales no deben existir nunca en un sistema fiscal como el nuestro. No solo para los contribuyentes obligados a su pago, sino también para las propias Comunidades Autónomas, las cuales se ven presionadas a fecha de hoy ante la falta de prórroga y temen ver mermadas sus arcas (Cataluña, la más afectada por su elevada recaudación en este impuesto sobre el patrimonio).
La idea futura del Gobierno debiera ser incluir la prórroga del impuesto sobre el patrimonio en los Presupuestos Generales que se aprobarán en la primera mitad del año si logran los apoyos parlamentarios suficientes. La llave la tendrá el PNV.
Por tanto, tocará esperar a ver si se “descongela” este impuesto directo en perjuicio de sus contribuyentes.
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