Dado que estamos en la fase final del agotador mes fiscal de julio, uno no tiene tiempo ni para redactar post propio ni para subir videos a mi blog/youtube.
Estamos en la recta final de la campaña del Impuesto sobre Sociedades, se han presentado obligaciones fiscales del 2ºT, los asuntos pendientes por tema “Covid19” y además, los numerosos requerimientos y “paralelas” que la AEAT está notificando para “recuperar” el tiempo perdido durante el confinamiento.
Por tal motivo, me van a permitir para este #juevesfiscal que trascriba literalmente un reciente post que me ha resultado curioso de Daniel Ghamlouche en la web https://www.autonomosyemprendedor.es/ :
Aparte lo que se comenta en ese artículo, yo añado, como consejo básico, que es muy importante siempre respetar la cuenta de disponibilidad económica anual de cada contribuyente por cuanto Hacienda es sabedora de muchos gastos como préstamos personales, hipotecas, cuotas de autónomo, colegios privados de hijos, pensiones ex conyuge y anualidades a hijos, etc.
Siempre se ha de declarar un rendimiento neto proporcionado para poder vivir. Veo muchos contribuyentes que para que Hacienda les devuelva mucho declaran un rendimiento neto positivo muy pequeño (no solo en los años de inicio donde suele haber pérdidas) . Eso provoca que salten las alarmas para Hacienda y se pregunte de qué puede vivir ese contribuyente y si realmente no factura lo que debería.
Reproducimos el artículo publicado esta semana:
“Algunos negocios -los menos- intentan defraudar al Fisco. Pero los inspectores suelen conocer muchas formas de hacerlo y cómo detectar los fraudes. Éstos son algunos de los trucos que utilizan los inspectores para “cazar” a los autónomos que intentan eludir impuestos.
Los autónomos y pequeños negocios siguen siendo uno de los objetivos principales de los inspectores de Hacienda. Si bien el sindicato de técnicos lleva años solicitando al Ministerio de Hacienda que cambie las directrices y mueva la lupa de las pequeñas empresas a las grandes corporaciones, lo cierto es que, a día de hoy, la gran mayoría de inspecciones siguen realizándose en microempresas y negocios regentados por autónomos.
Esto se debe, en primer lugar, al gran porcentaje de empresas de pequeño tamaño que compone nuestro tejido productivo. Nada menos que un 97% de los negocios españoles son micropymes o autónomos. A ello se suma la “escasez de efectivos y recursos necesarios para centrarse en los pocos muchos y no tanto en los muchos pocos. Es cierto que el autónomo defrauda mucho menos que una gran empresa, sencillamente porque mueve mucho menos dinero que ella. Pero también es verdad que es mucho más sencillo detectar el fraude en trabajadores por cuenta propia y pequeños negocios, porque sus estructuras son muy sencillas. A veces, el fraude en estos contribuyentes se desvela por sí solo”, explicó José María Mollinedo, secretario general de Gestha.
¿Qué autónomos entran en el plan de investigación?
El programa de investigación marca la mayor parte del día a día de los inspectores de Hacienda. En el plan de selección de los técnicos entran algunos de los negocios que presentan discrepancias entre lo que se declara y lo que el Fisco conoce por sus bases de datos. “Cuando nosotros incluimos en este plan a un contribuyente es porque tiene una discrepancia importante”, aseguró Mollinedo.
Cuantas más discrepancias tiene un contribuyente, “más posibilidades tendrá de ser llamado. Es así de sencillo. Mucho más teniendo en cuenta el escaso número de efectivos que hay y el tiempo de trabajo que recae sobre cada uno. No es posible investigar a todos, pero sí se puede hacer una labor de concienciación y centrarse en las discrepancias más abultadas”, añadió el secretario general de Gestha.
Esas discrepancia pueden ser muy variadas: “personas que presentan bajas rentas o bajos beneficio y que, sin embargo, tienen desde vehículos de gama alta hasta embarcaciones recreativas o incluso son titulares de una tarjeta visa oro. Ese tipo de cuestiones, que son signos externos, ya nos determinan y levantan las sospechas”, explicó José María Mollinedo.
Así ‘cazan’ los inspectores a negocios que intentan defraudar
Estos autónomos o empresarios entrarían “en el plan de comprobación. Y, cuando ya finaliza dicha comprobación de cada expediente, se procede a la visita. Es aquí cuando la pericia del inspector tiene que ser superior a la pericia del posible defraudador. Lo interesante de una visita es conocer a fondo cuál es el funcionamiento del local para poder tirar de algún hilo que nos lleve a una posible venta oculta -ingresos no declarados-, que es el fraude más común en autónomos y microempresas”, aseguró el secretario general de los técnicos de Hacienda.
A veces no hace falta ni si quiera presentarse en el local para detectar este tipo de fraudes. “El de los autónomos y microempresarios se resuelve muy rápido, porque es algo así como un ‘remiendo sobre remiendo’. No están correctamente asesorados en estos temas y las costuras saltan pronto. Con las cuentas bancarias, por ejemplo, es sencillo de ver si un contribuyente está declarando todo lo que ingresa”, dijo Mollinedo.
Uso de dinero B
Con cualquier profesional, saltan las alarmas desde el momento en que “no se registra casi ningún movimiento en la cuenta y ningún tipo de consumo diario. Si un autónomo de cualquier oficio cobra en B habitualmente, lo normal es que no saque dinero de su cuenta, porque con lo que ingresa en efectivo y no declara puede vivir y consumir tranquilamente. Cuando nos damos cuenta que el profesional no ha hecho ningún reintegro para el consumo diario, nos saltan rápido las alarmas porque lo que está claro es que nadie vive del aire”.
En estos casos, en los que existe una sospecha fundamentada de que “hay fraude, muchas veces, no hace falta ni siquiera detectar el propio dinero en B. Aunque no descubras la venta oculta, puedes descubrir fácilmente el incremento patrimonial no justificado. No siempre se puede probar que un profesional que trabaja con clientes particulares está ingresando en efectivo sin declarar ese dinero. En todo caso, siempre se puede demostrar que no es posible que este profesional viva sin sacar ni mover dinero de la cuenta”, añadió José María Mollinedo.
Así pues, se prueba que hay un incremento de patrimonio. “A partir del consumo medio estimado para una familia por el INE, según la composición familiar que esa persona tenga, se le aplicaría el volumen estimado y se llevaría esta ganancia patrimonial no justificada al IRPF, con su correspondiente escala de gravamen”, explicó el secretario general de Gestha.
En todo caso, es muy difícil hablar de un método absoluto para todos los sectores. “Ni si quiera hay un método para cada sector porque cada negocio que defrauda tiene su particular método para hacerlo. No hay ninguno exactamente igual que otro”.
Sin IVA en profesionales
Uno de los fraudes en autónomos más difíciles de detectar por los técnicos de Hacienda es el de fontaneros, electricistas, pintores u otro tipo de profesionales cuando trabajan directamente con el cliente final. “En estos casos, lo que habría que ver es si están o no en módulos. En el caso de que tributen por módulos hay poco fraude que detectar porque el Fisco ya determina cuánto tiene que pagar”, comentó Jose María Mollinedo.
Cuestión diferente es cuando tributan por estimación directa. “Aquí lo que más preocupa es el conocido ‘¿con o sin iva? Algunos cobran en metálico por sus trabajos para no declarar. Esto no es nada sencillo de controlar cuando se opera con el consumidor final porque es muy difícil saber cuando se han hecho este tipo de trabajos. Normalmente, los fontaneros o pintores que hacen esto tienen cuidado para no realizar las compras de su material en A, sino en B”, apuntó Mollinedo.
Sin embargo, a veces, la avaricia rompe el saco. “Nos hemos encontrado más de un caso de profesionales, por ejemplo, pintores que declaraban apenas cuatro o cinco servicios pero compraban cantidades ingentes de pintura y se las deducían. En estos casos es muy fácil de detectar. Si ves que un pintor ha comprado mucha más pintura de la que ha utilizado y esa pintura ya no está en su posesión, quiere decir que no ha declarado todos sus trabajos”, comentó el secretario general del sindicato de técnicos de Hacienda.
La factura de lavandería y los barriles de cerveza
Para los inspectores hasta un mantel puede ser un indicio suficiente para deducir que el empresario no está declarando todo lo que ingresa. Según comentó Mollinedo, “cada sector tiene su aquél. En hostelería, por ejemplo, nos podemos enterar visitando un bar o restaurante si éste lleva sus manteles a la lavandería. Si así fuera, bastaría con comprobar las facturas de la lavandería para averiguar si el número de manteles que llevó a lavar en un determinado periodo de tiempo coinciden con el número de servicios declarados. Con esto, bastaría para saber si el negocio en cuestión está declarando todo lo que ingresa”·
Pero no sólo eso. Los barriles de cerveza o las botellas de vino son también uno de los grandes aliados del inspector, porque “desvelan muy pronto el nivel de actividad de un negocio. Viendo esas compras de vinos o barriles y comprobando las que quedan en la bodega o almacén de reserva, nos podemos hacer una idea de los consumos que pueden existir y si esos consumos están facturados o no”, explicó el secretario general de Gestha.
No hay escusa que valga para los inspectores de Hacienda. “Si tu compras muchos barriles y no los vendes, los tienes que tener en tu almacén. Si en ese cuarto no hay barriles, quiere decir que todo lo que has comprado lo has vendido. Y si no está declarado quiere decir que lo has evadido. Nos encontramos también con muchas respuestas de todo tipo. Por ejemplo, que han sufrido un robo o que dichos barriles han salido malos. En estos casos basta con pedir la denuncia del robo o la factura de la devolución”, añadió Mollinedo.
Para el secretario general de Gestha, la clave está en la pericia de quien investiga, en intentar buscar la formula que ha utilizado el autónomo o empresario para defraudar. A priori, “el contribuyente tiene presunción de veracidad de su contabilidad y de sus declaraciones, y nos corresponde a los empleados públicos, romper esa presunción, demostrando que esa contabilidad y declaraciones no son correctas”.
El cuentakilómetros chivato
Uno de los fraudes que recuerda con más detalle el presidente de los técnicos de Hacienda se llevaba a cabo por algunas empresas de transporte. “Estos negocios tenían licencias de taxi pero, en realidad, ese taxi no lo dedicaban a la actividad de transporte de personas como deberían, sino que lo tenían para uso de los socios de la empresa. De este modo, se podían deducir todos los gastos y mantenimiento de esos vehículos. Para justificar que realmente desarrollaban la actividad de taxi emitían facturas a algunas personas que trasladaban de su entorno familiar o de amistad a centros de salud y de mayores. En ocasiones, con reintegro del viaje. Te podrás imaginar que el negocio les salía redondo”.
Esta fórmula con la que se han topado algunas veces los inspectores se pudo desacreditar de forma relativamente sencilla: ” Como no hay una actividad económica real de transporte de personas sino que se utilizaba con otra finalidad, lo que alegaban era que vivían en un pueblo pequeño y que, por ese motivo, se hacían muy pocos trayectos. En esta ocasión fue tan sencillo como mirar el cuentakilómetros o las facturas de las revisiones de servicio oficiales de ese vehículo en las que aparecen estos datos. Los kilómetros anuales no correspondían para nada con los trayectos declarados. Decían hacer, por ejemplo, apenas cuatro trayectos al mes y, sin embargo, registraban unos 30.000 kilómetros al año. Esto sería más de 600 kilómetros por trayecto realizado, es decir, prácticamente imposible”, explicó José María Mollinedo.
Este método sirvió para desacreditar la actividad de taxi de esta empresa pero también es una fórmula para verificar la actividad de los propios autónomos taxistas que han renunciado a módulos.
La fama de artistas y Youtubers les delata
Uno de los trucos más curiosos de los técnicos de Hacienda viene de mucho antes del boom de Internet y las redes sociales. Para detectar posibles fraudes entre autónomos del espectáculo, los inspectores se fijaban en la cobertura de las revistas y diarios en papel. “Siguiendo la pista de cada uno de los bolos o galas que salían publicados en los medios, los inspectores podíamos llamar al ayuntamiento del municipio que había organizado estos espectáculos y preguntarle cuánto le había pagado a cada artista. Así de rápido se podía comprobar antaño si este autónomo había declarado todo lo que había percibido por sus actuaciones”, aseguró el secretario general del sindicato de técnicos.
Sin embargo, ahora, con Internet, el método no ha dejado de utilizarse. “Estamos en una era diferente, en la que los grandes protagonistas son los youtubers e influencers -casi siempre autónomos- que cobran por promocionar determinado producto o servicio a través de su canal. La mayoría de ellos no generan demasiado dinero, pero hay unos pocos a los que sí les seguimos la pista, y es bastante sencillo detectar cuándo no pagan los impuestos que deberían”, dijo Mollinedo.
La cuestión -continuó el secretario general de Gestha- es que estos autónomos “viven de la visibilidad y no pueden ocultar sus campañas de promoción porque, cuando más dinero generan es cuando más impacto consiguen. Recuerdo el caso de un Youtuber bastante conocido que se quiso domiciliar en Andorra para no pagar impuestos aquí. Sus amistades y su centro de negocio no estaban en Andorra. Así que, sólo observando las fotos y comprobando la zona y los tiempos en los que realizaban las fotografías de estas campañas se pudo demostrar que no generaba los ingresos en Andorra sino fuera del Principado”.
Carpetas que desvelan dobles contabilidades
Uno de los métodos para detectar fraude que más recuerda Mollinedo es el que antes se llevaba a cabo en las industrias de artes gráficas. Antes que se digitalizaran, las revistas y periódicos se imprimían a través de planchas con una tinta especial.
“Recuerdo que, para averiguar la cantidad real de tiradas que había hecho la empresa, verificábamos la cantidad utilizada de un aditivo que necesitaba la tinta para estas planchas. Sólo conociendo la cantidad de este componente que se había utilizado se podía descubrir el número exacto de impresiones que se habían hecho y si había o no venta oculta”, aseguró Mollinedo.
Sin embargo, el secretario general de Gestha explicó que, a veces, no hace falta ni siquiera indagar tanto. Los técnicos se han encontrado con indicios y sorpresas inimaginables. “Recuerdo un negocio que guardaba en una carpeta una segunda contabilidad. Al empresario se le ocurrió escribir una letra ‘B’ en esta carpeta en la que, casualmente, guardaba todos los documentos de sus cuentas paralelas, sin declarar a Hacienda”.
¿Qué revisan los inspectores generalmente?
No hay una respuesta exacta. Por razones obvias, Hacienda no desvela todos sus métodos y focos de interés. Sin embargo, existen pistas que pueden ayudar al autónomo a hacerse una idea. Estos son, de forma general, los cinco impuestos por los que los inspectores suelen mostrar mayor interés.
- Libros de IVA
Los inspectores comprobarán los libros de IVA, especialmente de aquellos autónomos que hayan solicitado la devolución de este impuesto.
- Coherencia entre compras y volumen de ventas
Una de las cuestiones a las que más presta atención la Agencia tributaria es a la coherencia entre el volumen de ventas y todas las compras que se hayan realizado durante el mismo ejercicio.
- Modelo 347
Hacienda suele comprobar las diferencias observables en el Modelo 347, en el que se deben incluir todas las operaciones superiores a 3005 euros anuales.
- Gastos deducidos
Los gastos deducidos son la piedra angular de cualquier inspección de Hacienda. El autónomo deberá tener mucho cuidado con cualquier deducción que haga. Por más que sea deducible, es recomendable tener todos las justificantes necesarios para ahorrarse problemas con el Fisco. Además, la empresa Billin recordó que hay que tener especial cuidado con los gastos que suelen generar dudas y son la mayoría. Las deducciones del vehículo son las que más llaman la atención de los inspectores y hay muchas que los autónomos piensan que pueden hacer y luego no son aceptadas por Hacienda.
- CIF intracomunitario
La solicitud del CIF intracomunitario suele ser motivo de visita al domicilio fiscal. Más aún cuando no cuadra la información suministrada desde Europa con la declaración realizada en España por el contribuyente.
Estas pistas pueden ser útiles para cualquier autónomo. Sin embargo solo son eso, pistas.
FUENTE: https://www.autonomosyemprendedor.es/
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